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AXIE INFINITY: AUGE Y CRISIS DE UN FENÓMENO CRIPTO

September 26, 2025

El nacimiento de una revolución digital

En 2018, la empresa vietnamita Sky Mavis lanzó Axie Infinity, un videojuego que prometía fusionar la diversión de los juegos estilo Pokémon con la tecnología blockchain. La premisa era simple pero revolucionaria: los jugadores podían poseer, intercambiar y monetizar activos digitales como personajes (llamados Axies), objetos y terrenos virtuales. Criptomonedas transformaron los videojuegos al permitir que los jugadores convirtieran sus logros en dinero real. Este modelo, conocido como Play to Earn (jugar para ganar), atrajo a miles de personas en busca de ingresos desde casa con solo un ordenador y conexión a internet. La economía del juego se sustentaba en dos criptomonedas: Smooth Love Potion (SLP), obtenida jugando y usada para crear nuevos Axies, y Axie Infinity Shards (AXS), más escasos y valiosos, que otorgaban derechos de voto sobre el futuro del juego.

El concepto de propiedad digital basado en blockchain ofrecía algo nuevo: los jugadores no solo jugaban, sino que invertían en un ecosistema donde sus activos tenían valor real. Para participar, era necesario adquirir al menos tres Axies, lo que requería una inversión inicial. En sus primeros años, el juego ganó tracción lentamente, pero su promesa de generar ingresos en un entorno digital lo convirtió en un fenómeno en ciernes. La combinación de entretenimiento y oportunidad económica atrajo a una audiencia global, especialmente en países con economías debilitadas.

El auge meteórico de Axie Infinity

A mediados de 2021, Axie Infinity se convirtió en un fenómeno global. Millones de dólares circulaban diariamente en su ecosistema, impulsado por la fiebre de las criptomonedas. En julio de 2021, el juego generaba más de 600 millones de dólares mensuales en transacciones, rivalizando con la industria tradicional de videojuegos. El número de jugadores activos diarios se duplicó en semanas, alcanzando millones. En países como Filipinas, donde el salario medio rondaba los 200 dólares, los jugadores podían ganar más del doble jugando a Axie Infinity. En Venezuela, golpeada por la hiperinflación, el juego ofrecía una vía para sobrevivir económicamente.

El modelo Play to Earn transformó vidas. Por ejemplo, un joven filipino de 26 años, anteriormente cocinero con un salario de 80 dólares mensuales, comenzó a ganar hasta 600 dólares al mes jugando. Otro caso, un analista informático de Manila que perdió su empleo, triplicó su salario anterior en solo dos semanas. Economía digital paralela emergió, donde jugar no era solo ocio, sino una fuente de ingresos viable. La popularidad del juego se disparó gracias a la promoción en plataformas como YouTube y TikTok, donde creadores de contenido exaltaban las oportunidades de Axie Infinity.

Las becas y la especulación

El éxito de Axie Infinity trajo consigo un problema: el costo de entrada. En junio de 2021, adquirir tres Axies costaba unos 100 dólares, pero para agosto, el precio se disparó a 500 o incluso 1,000 dólares. Esto hizo que el juego fuera inaccesible para muchos. Surgió entonces el sistema de “becas”, donde jugadores con recursos prestaban Axies a otros a cambio de un porcentaje de las ganancias, generalmente un 70-30 o 60-40. Becas democratizaron el acceso, permitiendo a miles de personas participar sin una inversión inicial significativa. Sin embargo, este sistema también dio lugar a una economía de jugadores “becados” que trabajaban para dueños de cuentas, creando dinámicas laborales similares a las de una empresa.

Organizaciones enteras surgieron para gestionar cientos de cuentas, maximizando ganancias. Fondos de inversión tradicionales, como Andreessen Horowitz, apostaron por el proyecto, inyectando más de 150 millones de dólares en Sky Mavis en septiembre de 2021. Axie Infinity generó más de 2,000 millones de dólares en transacciones totales ese año. Sin embargo, la euforia ocultaba un defecto estructural: la economía del juego dependía de la entrada constante de nuevos jugadores e inversores. Sistema insostenible se formó, similar a una pirámide, donde las ganancias de los primeros dependían de los recién llegados.

La caída inevitable

A finales de 2021, las grietas en el modelo de Axie Infinity comenzaron a ser evidentes. La emisión masiva de SLP, la criptomoneda principal del juego, generaba millones de unidades diarias, pero la demanda no crecía al mismo ritmo. Esto provocó una inflación descontrolada. SLP perdió valor rápidamente, cayendo de 0.35 dólares en julio de 2021 a apenas 0.0034 dólares a principios de 2022. Las ganancias diarias, que antes podían alcanzar los 50 dólares, se redujeron a centavos por hora. Para los jugadores becados, jugar se convirtió en una forma de explotación laboral mal remunerada.

El colapso del valor de SLP y AXS, que pasó de más de 160 dólares a menos de 20 en meses, desincentivó a los jugadores. Muchos abandonaron el juego, y la falta de nuevos participantes agravó la crisis. Los economistas señalaron que Axie Infinity no generaba riqueza real, sino que la redistribuía, funcionando como un esquema piramidal. Diversión perdió su lugar; el juego, con mecánicas repetitivas y poco atractivas, dependía exclusivamente del incentivo económico. Cuando este desapareció, el interés por jugar también se desvaneció.

El hackeo que sacudió al criptomundo

El 29 de marzo de 2022, Axie Infinity sufrió un golpe devastador. Hackers explotaron una vulnerabilidad en la red Ronin, la blockchain que soportaba el juego, robando más de 620 millones de dólares en criptomonedas. Mayor robo criptográfico de la historia, este incidente expuso las debilidades de la infraestructura del juego. La red Ronin operaba con nueve nodos, de los cuales cinco debían aprobar cualquier transferencia. Sky Mavis controlaba cuatro, y un nodo adicional tenía un fallo de seguridad que permitía autorizaciones automáticas. Los atacantes, identificados por el FBI como el grupo Lazarus, vinculado a Corea del Norte, comprometieron los sistemas de Sky Mavis y ejecutaron una transferencia que pasó desapercibida durante seis días.

La confianza en Axie Infinity se desplomó. Los usuarios retiraron sus fondos en masa, y los precios de SLP y AXS cayeron aún más. Sky Mavis reaccionó recaudando 150 millones de dólares, liderados por Binance, para compensar a los afectados. Sin embargo, el daño a la reputación del juego fue irreparable. La promesa de seguridad y descentralización del blockchain se vio cuestionada, y el modelo Play to Earn quedó manchado por el escándalo.

El intento de reinvención

A pesar de la crisis, Sky Mavis no se rindió. En 2022, lanzó Axie Infinity: Origins, una versión renovada del juego con gráficos mejorados, nuevos modos de juego y la opción de jugar con Axies gratuitos para reducir la barrera de entrada. Además, introdujo el modelo Play to Own, enfocado en la propiedad de activos digitales en lugar de la especulación. Proyectos como Axie Homeland añadieron elementos de gestión de terrenos virtuales, buscando diversificar la experiencia. Seguridad blockchain fue reforzada, con mejoras en la red Ronin para evitar futuros ataques.

Aunque la base de usuarios se redujo significativamente, Axie Infinity mantuvo una comunidad activa. El experimento demostró que, aunque el modelo original fracasó, la idea de juegos basados en blockchain aún tenía potencial. Sin embargo, la confianza perdida y la competencia en el ecosistema cripto hicieron que la recuperación fuera un desafío.

Conclusiones

La historia de Axie Infinity es un reflejo de los altibajos de la fiebre criptográfica de principios de la década de 2020. Lo que comenzó como una revolución en la intersección de los videojuegos y la tecnología blockchain terminó siendo una advertencia sobre los riesgos de los modelos económicos insostenibles. Su auge mostró el potencial de las economías digitales para transformar vidas, especialmente en regiones económicamente vulnerables. Sin embargo, su caída, marcada por la inflación de SLP y el hackeo masivo, reveló las limitaciones de depender de un flujo constante de nuevos inversores y la fragilidad de las infraestructuras blockchain mal diseñadas.

A pesar de su colapso, Axie Infinity dejó un legado. Demostró que los juegos basados en blockchain pueden ofrecer nuevas formas de interacción económica, pero también subrayó la importancia de diseñar sistemas sostenibles y seguros. La transición al modelo Play to Own y las mejoras en la red Ronin sugieren que la innovación en este espacio no ha terminado. Sin embargo, el futuro de los videojuegos criptográficos dependerá de superar los errores del pasado, equilibrando diversión, accesibilidad y estabilidad económica.