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LA HISTORIA DE TERRY DAVIS Y SU LEGADO EN TEMPLEOS

August 9, 2025

Introducción

En el mundo del desarrollo de software existen historias que combinan genialidad, obsesión y tragedia. Una de las más singulares es la de Terry A. Davis, un programador estadounidense que, en completa soledad, construyó un sistema operativo completo desde cero: TempleOS. Su historia no solo habla de habilidades técnicas extraordinarias, sino también de cómo la salud mental puede moldear el curso de una vida y un proyecto.

Este relato explora con profundidad su infancia, formación, enfermedad, creación tecnológica y el legado que dejó, situando cada hecho en un contexto histórico y técnico validado, alejándonos de mitos y errores comunes.

Primeros años y formación

Terry A. Davis nació en 1969 en West Allis, Wisconsin, y creció en diferentes ciudades de Estados Unidos. Desde niño mostró un interés temprano por la informática. En la década de 1980, cuando la microinformática doméstica comenzaba a popularizarse, tuvo acceso a una Apple II y posteriormente a una Commodore 64. En esta última aprendió lenguaje ensamblador, una experiencia que marcaría profundamente su aproximación a la programación de bajo nivel.

Davis estudió ingeniería eléctrica en la Universidad Estatal de Arizona, donde obtuvo una maestría. Su carrera profesional lo llevó a trabajar como ingeniero de software para empresas que desarrollaban sistemas embebidos, un sector en el que el rendimiento, el control del hardware y la optimización del código son esenciales.

El inicio de los problemas de salud mental

En 1996, con apenas 27 años, Davis comenzó a experimentar episodios maníacos y delirantes. Su comportamiento se volvió errático, y fue hospitalizado brevemente. Inicialmente diagnosticado con trastorno bipolar, más tarde se le diagnosticó esquizofrenia paranoide.

Su condición lo llevó a creer que estaba siendo vigilado por agencias gubernamentales y que recibía mensajes codificados a través de la radio de su automóvil. Estos episodios marcaron un antes y un después en su vida profesional: dejó de trabajar y pasó a vivir con sus padres, subsistiendo gracias a ayudas por discapacidad.

Un proyecto personal titánico

A partir de 2003, Davis retomó un viejo proyecto de creación de un sistema operativo. Inicialmente lo llamó J Operating System, luego LoseThos (en referencia a la película Platoon de 1986) y, tras varios cambios, lo renombró definitivamente en 2013 como TempleOS.

La idea detrás de TempleOS, según Davis, era crear un “tercer templo” para Dios, inspirado en una interpretación personal de profecías bíblicas. Afirmaba que el diseño y las especificaciones le habían sido “indicadas directamente por Dios”, lo que explicaba ciertas limitaciones deliberadas:

  • Resolución fija de 640×480 píxeles.
  • Paleta de 16 colores.
  • Un solo canal de audio.
  • Sin conectividad de red.

Davis argumentaba que estas restricciones facilitaban la creación de gráficos y contenido por parte de cualquier usuario, incluso niños, y mantenían el sistema libre de amenazas externas.

Arquitectura y desarrollo

TempleOS fue escrito íntegramente por Davis en un lenguaje propio, HolyC, una variante de C adaptada para su sistema. El proyecto comprende más de 100,000 líneas de código y un sistema de archivos original, RedSea, con compresión integrada.

El sistema opera en ring 0 (máximo privilegio de CPU), lo que proporciona acceso directo al hardware pero lo hace inseguro en entornos con conectividad. No obstante, al carecer de funciones de red, la exposición a malware es prácticamente nula.

Entre las herramientas y características incluidas se encuentran:

  • Compilador y depurador integrados.
  • Documentación exhaustiva.
  • Librerías 2D y 3D escritas desde cero.
  • Juegos y demostraciones con referencias bíblicas.
  • Funciones para generar “mensajes de Dios” mediante selección aleatoria de pasajes bíblicos.

Recepción y controversia

En foros como Reddit y 4chan, TempleOS generó opiniones polarizadas. Algunos elogiaban la proeza técnica de un solo desarrollador creando un sistema operativo funcional; otros lo despreciaban como obsoleto e inútil.

Davis, por su parte, era conocido por su comunicación errática y su tendencia a insultar a interlocutores, lo que le costaba bloqueos frecuentes en plataformas. Alternaba momentos de lucidez técnica con discursos religiosos y conspirativos.

Vida nómada y últimos años

A partir de 2017, la situación personal de Davis empeoró. Fue arrestado por un incidente de violencia doméstica y hospitalizado. Tras su liberación, sus padres no le permitieron volver a casa, y comenzó a vivir en su camioneta o en la calle. A pesar de recibir ayuda de seguidores, su salud mental se deterioraba.

En 2018 perdió su vehículo y gran parte de sus pertenencias, incluyendo su computadora portátil. Continuó comunicándose a través de su teléfono y realizando transmisiones en línea, donde en ocasiones mostraba gran lucidez al hablar de programación.

El 11 de agosto de 2018, Davis murió al ser golpeado por un tren en The Dalles, Oregón. Las autoridades no pudieron determinar si se trató de un accidente o un suicidio.

Legado y valor histórico

TempleOS, en su última versión 5.03 lanzada el 20 de noviembre de 2017, permanece disponible como software de dominio público. Puede descargarse desde su sitio oficial y ejecutarse en hardware físico o máquinas virtuales.

Más allá de su utilidad práctica, TempleOS se considera una pieza de arte digital, un ejemplo de dedicación y visión personal. Como escribió James Sanders en TechRepublic, “TempleOS es un testimonio de la dedicación y pasión de un hombre que muestra su destreza tecnológica. No necesita ser nada más”.

El editor de OSNews lo describió como prueba de que “la informática todavía puede ser un pasatiempo”. Para algunos es un producto obsoleto; para otros, la obra de un genio incomprendido.

Reflexión final

El caso de Terry Davis es único: sin obligación de rentabilizar su trabajo, ni de competir en el mercado, pudo diseñar un sistema según su visión y creencias. Sus limitaciones eran parte de su esencia, y su motivación principal no era la productividad, sino la obediencia a una misión personal.

TempleOS no es solo un sistema operativo; es un reflejo de la mente de su creador. Un proyecto que combina ingeniería, arte y religión en una obra indivisible. Y aunque su creador ya no esté, su trabajo sigue vivo como recordatorio de lo que una sola persona, con tiempo y convicción, puede lograr.